Descripción
Retablo de principios del siglo XVIII, de estilo barroco. Consta de una calle, banco, cuerpo y ático. Una hornacina ocupa la única calle, de contorno mixtilíneo y enmarcada por dos columnas salomónicas cargadas de decoración vegetal. De ambos laterales surgen dos aletones con abundante vegetación. Y como remate superior, un marco redondo, con pequeña venera, donde aparece una representación del rostro de Cristo con la corona de espinas, pintada sobre un lienzo clavado sobre una tabla.
Hoy en día la hornacina está ocupada por una imagen de la Virgen del Rosario, que no pertenece a este retablo. Es de estilo barroco, pero fue realizada en el siglo XIX. Anteriormente la titular fue una imagen de la Virgen Dolorosa, imagen de vestir. Y aunque no existe documentación, seguramente este retablo estuvo dedicado a Cristo Crucificado.
A cada lado del retablo, sobre la cornisa superior, se sitúan dos pequeñas imágenes de San Francisco y San Miguel, de estilo romanista. En el interior de la mesa de altar se encuentra, protegida por una cristalera, una urna en madera y cristal, con la imagen de Cristo yacente en su interior.
Estado de conservación
El retablo se encontraba completamente cubierto por un estrato de resina de colofonia, muy espesa y muy degradada. Este barniz cubría tanto mazonería como imágenes y lienzo. Además, detrás de la imagen, en el fondo de la hornacina, en época reciente se pintó un pabellón con sus cortinones recogidos a ambos lados, en un azul intenso, muy poco acorde con el retablo.
Siendo ésta la degradación más llamativa, no era la única, el retablo también presentaba problemas de falta de adhesión de policromías, grietas, roturas, fendas, pérdidas de volúmenes, quemaduras producidas por los cirios devocionales, etc.., por otra parte, tanto la mazonería como las dos pequeñas imágenes del ático se encontraban re-policromadas en su totalidad.
Nuestra intervención
- Eliminación de la resina de colofonia que cubría el retablo en su totalidad descubriendo un oro de gran calidad y unas ornamentaciones muy coloridas.
- Fijación los estratos pictóricos.
- Relleno de grietas para impedir la acumulación de depósitos de polvo.
- Encolado de piezas sueltas.
- Eliminación del repinte, dada la escasa calidad del pabellón pintado en la hornacina, una vez comprobado que ocultaba el paisaje original.
- Reconstrucción de esquinas carcomidas y rotas en la cornisa del ático.
- Aparejado de las zonas reconstruidas y de las lagunas, con un estuco de características similares al original, para poder reintegrar cromáticamente los volúmenes mayores.
- Para el proceso de reintegración cromática, se definieron diferentes niveles de intervención dependiendo de la dimensión y localización de las lagunas: las de la zona más alta, del ático, se reintegraron sobre el estuco original restante con una técnica imitativa. Las lagunas de mayor tamaño y de la zona más baja, como la predela, fueron previamente aparejadas para su reintegración con la técnica de rigattino, haciendo vibrar los colores mediante las líneas verticales, consiguiendo un efecto cromático que se integraba perfectamente.
El resultado de los trabajos llevados a cabo en este retablo fue la presentación de un conjunto armonioso de policromía luminosa. Además, se descubrieron partes de su historia, que sin la restauración se habrían mantenido ocultas.