Descripción
En 1897 se empezó a construir el colegio de la calle Zabalbide, la fundadora Rafaela Ibarra, diseñó con el arquitecto Sr. Basterra, cómo sería el edificio de amplios espacios luminosos y en el centro, la capilla, el lugar más digno y especial, con una profusa decoración en el interior, con la aplicación sistemática de policromía de tonos vivos y cálidos a paramentos, arcos y bóvedas.
De estas decoraciones tenemos datos por fotografías antiguas, en las que vemos la ornamentación pictórica de toda la iglesia, pero no podemos ver los colores que la componían.
Estado de conservación
Las decoraciones murales estaban cubiertas por diferentes capas de pintura y enlucido. Tras realizar unas catas nos encontramos zonas donde la decoración original se conservaba en buen estado, y zonas donde se había perdido completamente, conservando tan sólo el enlucido pulverulento, seguramente debido a problemas de filtraciones de agua y cúmulos de humedad.
Nuestra intervención
- Reproducción de las decoraciones.
Ante la imposibilidad de llevar a cabo la restauración completa de las pinturas originales, tanto por las dimensiones de la superficie decorada como por el precario estado de conservación que presentaban, se decidió, junto con la comisión de obra, por reproducir dichas decoraciones.
Una vez que el trabajo de saneo y pintura de fondo es efectuado por los pintores, las técnicas restauradoras entramos a cumplir los siguientes trabajos de “reproducción fiel” de las decoraciones encontradas sobre las bóvedas y parte de los paramentos.
Previamente se realizaron catas en las bóvedas, arcos fajones y paramentos para descubrir la decoración original. De esta manera, se pudieron realizar plantillas que nos permitieran reproducir los motivos ornamentales.
Tanto los colores para los fondos y grecas, como el material para realizar los trabajos de pintura, fueron consensuados con la comisión de obra. Además, se propuso dejar como muestra un plemento de la bóveda del presbiterio, que sirvió para realizar el estudio de las decoraciones, así como una cata abierta en la pared interna del presbiterio y otra en la entrada de la capilla, que también nos dieron mucha información sobre la decoración.
- Zonas reproducidas:
Bóvedas: El interior en su totalidad, las flores blancas, las hojas azul-verde-mar, y la greca naranja con flores amarillas delimitadas en color burdeos.
Paramentos: El festoneado en forma de pentágonos con flor en su interior, en todos los arcos de la iglesia, la greca sobre la que se sitúan los pentágonos, dos bandas de color azul con estrellas rojas y, en su interior, en las separaciones horizontales, una decoración interior de taqueado y flor, en color vainilla. Además, la greca que contornea todos los arcos, de color naranja con rameados y flores pinceladas, igual a la que contornea las bóvedas.
Arcos fajones: Estos arcos están situados separando el presbiterio de la nave central, y la nave central del coro. Están decorados en color naranja y blanco, con rombos y en su interior una gran flor con 4 veneras que la rodean.
Una vez trasferidos los motivos decorativos a acetatos trasparentes, las plantillas se troquelaron en PVC, flexible y resistente. Para la reproducción se utilizaron pequeños rodillos de espuma o lana, según la necesidad de carga de pintura. Se comenzó por las bóvedas y se continuó por los paramentos de arriba hacia abajo.
- Restauración de decoraciones originales.
Los elementos elegidos para su restauración fueron:
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- Plemento de las bóvedas del presbiterio.
- Cata abierta en una zona alta oculta del presbiterio.
- Cata abierta en la zona baja que corresponde a la decoración del despiece, al lado de la entrada.
Tratamiento realizado
- Eliminación mecánica de las capas sobrepuestas a la original, con ayuda de bisturíes, espátulas y pequeños sopladores de aire caliente.
Existen zonas en el plemento donde las filtraciones habían degradado los enlucidos que reciben las pinturas, quedando pulverulentos. Los pigmentos han llegado a perderse, e incluso hay zonas en las que el enlucido de origen ha desaparecido, y se aprecian reparaciones de otras intervenciones. Tras subsanar estos problemas, se preparó la superficie dañada para realizar la intervención cromática.
- Una vez tuvimos la superficie original descubierta, pudimos apreciar las pérdidas que presentaba. La reintegración se llevó a cabo con colores al agua, reversibles, y para hacerla discernible, se realizó con la técnica del puntillismo, apreciable a corta distancia.