Descripción
La pintura representa a la realeza, en una escena interior palaciega, donde podemos ver la figura de un rey o un gran noble, acompañado por diferentes personajes: varios hombres, una mujer y un niño. Uno de ellos parece ser el pintor que comenta con el rey el retrato que le está presentando, sujetado por dos lacayos. La escena ecuestre de dicho cuadro representa al rey con atuendo militar montado a caballo.
El reverso del lienzo nos aporta información. Vemos la estampación del sello de una casa inglesa que se dedicaba a preparar lienzos y pigmentos para algunos pintores destacados de la época.
Una casa que fue cambiando a lo largo de su historia, cambios que se veían reflejados en el sello, con lo cual podemos situar esta pintura en un lugar y un tiempo determinados. Tras varias consultas, comprobamos que la empresa correspondiente al sello del reverso Roberson & Miller estuvo en activo como tal entre 1828 y 1939.
En el reverso del marco también encontramos un sello de papel con los datos del tallador-dorador de marcos.
Estado de conservación
Se trata de una obra cuyo estado de conservación era muy delicado, presentando varias patologías. El bastidor no cumplía su función adecuadamente por lo que la tela se encontraba destensada, lo que perjudicaba gravemente la conservación de la pintura. En la tela observamos varias roturas parcheadas por su reverso. Además, en uno de los laterales se veía un gran parche longitudinal compuesto por tela y papel de periódico, que intentaba recomponer la pérdida del soporte textil.
La película pictórica se presentaba en un estado delicado. Además de mostrar un estrato de suciedad superficial, el barniz estaba oxidado y cubría la superficie pictórica con un velo amarillento muy oscuro que no permitía apreciar los tonos reales. Existían zonas donde la capa pictórica había comenzado a perder su adhesión con el soporte llegando a desprenderse en forma de descamaciones.
También nos llamó la atención el retraimiento de la película pictórica en determinadas zonas, produciendo craqueladuras o grietas que sólo afectan al estrato más superficial del color. Pensamos que esto ha podido ser consecuencia de un problema de técnica, los tiempos de secado del óleo no se han respetado correctamente, o la calidad del material aplicado no era la adecuada…etc., llegando a provocar estas craqueladuras localizadas.
La obra fue sometida a alguna “restauración” en otra época, cuando los criterios eran muy diferentes a los actuales, más intervencionistas. Criterios que, con el paso del tiempo, se han revelado poco acertados.
Estudios previos
Observamos la pintura minuciosamente con luz natural, luz rasante y luz ultravioleta. En esta ocasión además, hemos necesitado complementar nuestro trabajo con el de técnicos especialistas en radiografía.
Se han realizado 12 radiografías, dividiendo el cuadro en 12 sectores. Con ellas hemos podido ver el estrato subyacente, donde aparecen dos personajes que a simple vista no se aprecian, no corresponden a la escena actual, por lo que creemos que se puede tratar de un “pentimento”, es decir, el propio pintor, durante la ejecución del cuadro, cambia de idea y recompone la escena ocultando dichos personajes.
Nuestra intervención
- Empapelado de protección
- Desmontaje del bastidor
- Tratamiento de limpieza del bastidor
- Retirada de antiguos parches
- Limpieza del reverso del lienzo
- Colocación de bandas perimetrales
- Colocación de pequeños parches
- Aplacado de pequeñas deformaciones en el lienzo
- Reposición de cuñas y refuerzo de esquinas
- Montaje del lienzo en el bastidor original reforzado
- Retirada del grueso estrato de barniz amarillento
- Eliminación de repintes y retoques de anteriores intervenciones
- Eliminación de aparejos de anteriores intervenciones
- Aparejado de las lagunas
- Reintegración cromática
- Protección final
- Montaje del marco