Estado de conservación
El principal daño que presentaba esta imagen era grave mutilación a la que se vio sometida, en algún momento de su historia, para poder vestirla. El soporte leñoso y la policromía se conservaban correctamente.
Los brazos fueron modificados tanto en talla como en posición, los hombros fueron rebajados de volumen y, paralelamente, se añadió madera para aumentarlo. Todas estas intervenciones fueron cubiertas con una tela gruesa, que a su vez fue estucada y pintada de marrón. Esta tela también cubría por entero una tapa que ocultaba el reverso de la imagen. Además, presentaba dos grietas longitudinales desde los hombros hasta la mitad del cuerpo.
Estaba cubierta con innumerables clavos, sobre todo de forja, pero también modernos, directamente sobre la policromía.
En un principio se pensó que el busto de la imagen pudo ser mutilado solo con idea de vestirla, con una observación más detallada, los relieves del estuco nos hicieron pensar, además, en una huella de algún símbolo que hubiera sido eliminado. Uno de los símbolos más representativos de San Agustín, utilizado desde el siglo XV, es un corazón en llamas atravesado por una flecha, que simboliza su piedad o amor a Dios.
Al eliminar las telas, descubrimos todos los añadidos, incluso en su brazo izquierdo, quizá con idea de conseguir más volumen, un taco de madera simple y una pieza policromada probablemente perteneciente a otra imagen. Asimismo, se comprobó que la tela ocultaba parte del arranque original de los brazos, así como la huella de lo que hemos interpretado como el manípulo, el trozo de tela que lleva el sacerdote en su mano izquierda y que recuerda, según la Iglesia, las obras buenas.
Estudio de Policromías
No se puede definir de una manera generalizada la policromía, dada la complejidad y variedad de la misma. Se abrieron ventanas en diferentes zonas para completar una correspondencia de policromías.
Los estudios llevados a cabo descubrieron las siguientes:
Mitra: 2 policromías diferentes, añadiendo en la más reciente cristales que imitan piedras preciosas, y un estofado en blanco.
Cabello: 2 policromías, ambas de color negro, separadas por un fino aparejo.
Casulla: 1 sola policromía de dorado al agua con detalles mateados.
Dalmática: encontramos una policromía muy rica, con brocado aplicado muy perdido. En los interiores de la prenda, la laca roja sirve como base de las láminas metálicas, habiendo separación entre éstas. En el exterior de la prenda, las láminas metálicas, si bien más perdidas, están colocadas continuas. En ambas zonas se aprecia, en los escasos restos, un color azul verdoso oscuro que dibuja los motivos del brocado.
Remate de la dalmática: 2 policromías, siendo la más externa dorada y la anterior combina colores rojos y verdes en los flecos.
Alba: 3 policromías, dos con base blanca y detalles en distintos colores (rojo y negro) y, la más reciente, gris.
Calzado: 2 policromías, la más reciente negra y la más antigua roja.
Peana: 2 policromías, ambas de color verde oscuro, si bien la más reciente adorna el contorno con flores doradas y la más antigua representa un mármol.
Rostro: 3 policromías. Las catas abiertas no ayudaron a resolver ciertas dudas.
Nuestra intervención
- Limpieza y eliminación de repintes y repolicromías, en la intervención sobre la imagen se trató sobre todo de respetar al máximo el original, pero también la historia vivida por la imagen.
- Reintegración volumétrica
Fue el proceso más complicado. En primer lugar, se procedió a la eliminación de todos los añadidos: telas, fragmentos de madera y clavos. A continuación, se desmontaron los brazos. Cuando tuvimos la talla desprovista de todo postizo, pudimos comprobar que se apreciaban las huellas de los brazos antiguos, el arranque del manípulo, así como pequeños pliegues y, sobre todo, nos dio claras indicaciones de direcciones, volúmenes, que nos permitieron comenzar a replantear los mismos. Se decidió rehacer los volúmenes de la manera más neutra posible, solo con el fin de poder colocar los brazos en una posición natural y tras haber estudiado muchas tallas de la misma iconografía y época.
Se rehicieron pequeños volúmenes como los flecos faltantes de la dalmática, los cortes encontrados en la túnica y zapatos. Con respecto al cuello de la casulla, se estudió diversa documentación sobre casullas de obispos y se reprodujo de una forma lo más neutra posible, con el fin de cerrar este volumen, pero sin intervenir en la lectura de la pieza.
La huella del pecho se decidió no rehacerla, a excepción del pico inferior, al que se añadió resina para disimular las marcas de gubia, y continuar así los pliegues que unían la casulla.
- Aparejado
Se estucaron todas las superficies nuevas y las lagunas halladas en la policromía. Además de la huella del pecho porque, si bien en un principio pensamos en dejar la madera vista para que quedara constancia de la ambigüedad de esa zona, era demasiado protagonista.
- Reintegración
Se utilizaron colores al agua y la técnica de rigattino
- Protección final
Tenemos que tener en cuenta que se trata de una imagen de gran veneración, titular del retablo mayor de la iglesia, por lo que las decisiones adoptadas se tomaron siguiendo estas importantes premisas.